LAPAROSCOPIA

La laparoscopía es un método quirúrgico, tanto exploratorio como correctivo que modifica y trata cualquier problema que presente el paciente en un momento determinado.

Es una técnica quirúrgica, mínimamente invasiva que se encarga de realizar procedimientos precisos sin tener que hacer incisiones prominentes en el paciente. Su rango de acción es amplio y puede ser utilizada para extirpar tumoraciones, así como la aplicación de cirugías bariátricas, entre otros.

Es una operación sencilla, y no invasiva, que consiste en realizar pequeñas incisiones en la parte abdominal del paciente, por los cuales pasará el equipo de laparoscopía con el que se maniobra y se realiza lo pertinente.

Existen diversos tipos de cirugías laparoscópicas y dentro de las más comunes se encuentra: la urológica, (pielotomía, pieloplastia, corrección de prolapso), las bariátricas (manga gástrica, bypass gástrico), entre otras. 

Aunque es una cirugía mínimamente invasiva, lleva consigo algunos riesgos, entre ellos: sangrado, lesiones en órganos adyacentes a los comprometidos en el proceso, Infecciones, desgarros. Pero son poco frecuentes.

Al ser poco invasiva, la laparoscopía tiene un tiempo corto de recuperación. No obstante, cada paciente tiene características individuales que pueden hacer variar este periodo. En un escenario regular, alrededor de las 4 semanas ya los pacientes pueden contar con una vida normal.

Dependiendo del fin de la laparoscopía y el tipo de complicaciones, el tiempo de cirugía puede ser diverso con cada paciente. Considerando los estándares regulares, esta debe durar un promedio de 2 horas.

La anestesia es un factor importante en cualquier clase de cirugía por lo que con esta técnica quirúrgica se requiere de anestesia general. Esto se debe a que el paciente debe estar en completa serenidad para que no sienta dolor alguno.

Cuando se llega a la decisión de realizar una laparoscopía el paciente debe ser sometido al pre operatorio, en el que se indican una serie de exámenes diagnósticos en los que se evalúa la salud del paciente.

En cuanto ya se cuenten con estos resultados, la persona solo debe evitar consumir alimentos sólidos durante las 6 a 8 horas previas a la cirugía. En casos especiales se puede solicitar la suspensión de anticoagulantes o algún medicamento en específico que interfiera con el proceso.

Esto dependerá del tipo de diagnóstico y lo que se considere. Sin embargo, uno de los procedimientos más recomendados es el laparoscópico.

Para que haya una recuperación adecuada es recomendable que el paciente no haga esfuerzos o movimientos bruscos que comprometan la cirugía. Esto debe cumplirse por alrededor de tres semanas, así como evitar bebidas y alientos que irriten los órganos, como aquellos que son altos en grasas.

Al realizar la laparoscopía se puede usar el ombligo como punto de partida para introducir la instrumentación. Una vez que se termina el proceso se suturan las heridas, y esta como todas las demás cicatrizan, por lo que no hay ninguna modificación y debe quedar del mismo modo que al inicio.

Antes de la cirugía es indispensable evitar el consumo de alimentos sólidos. Del mismo modo, se precisa de la inhibición del consumo de alcohol y7o cualquier estupefaciente.

Después de la cirugía con este método, el paciente debe estar bajo vigilancia médica por 24 horas y en el tiempo prudente será dado de alta. Además, debe cumplir con las recomendaciones médicas para el postoperatorio.

Los cuidados que debe tener el paciente son los dados para el post operatorio. En general, son evitar toda actividad que requiera del levantamiento de peso, así como de esfuerzo. No debe fumar, ni debe consumir alcohol, drogas, o cualquier alimento que comprometa la cirugía. Tiene que cumplir con los controles post quirúrgicos.

Cada una de estas técnicas tiene características diferentes y en el caso de la endoscopia es un proceso que no requiere de incisiones. Se realiza mediante un endoscopio que cuenta con una cámara y es introducida vía oral para explorar la cavidad interna del estómago o los intestinos.

Las consecuencias o riesgos de una cirugía bariátrica pueden variar según el tipo de bariatría aplicada. Aunque los problemas más comunes que pueden presentarse son complicaciones gástricas tales como diarreas, inflamación abdominal, dolor en las incisiones quirúrgicas, náuseas o vómitos, gastritis, síndrome de dumping, entre otras dificultades.

Sin embargo, si son tratadas y controladas a tiempo no implican mayores problemas. Por estas razones, se deben seguir las recomendaciones e indicaciones médicas correctamente, evitando a largo plazo consecuencias graves de salud.

Las contraindicaciones para someterse a una cirugía bariátrica son muy específicas. Por ello, no pueden optar las personas con problemas de: alcoholismo, abuso de drogas (activos), problemas de patologías psiquiátricas no controladas o descompensadas, que sufran o estén en tratamientos contra el cáncer. 

En caso de ser un fumador activo, debe dejar el hábito pre y post cirugía (semanas antes) para evitar problemas de cicatrización.

Una derivación biliopancreática o duodenal (derivación biliopancreática con cruce duodenal o biliodigestiva) es una técnica quirúrgica bariátrica que consiste en extirpar parte del estómago creando una bolsa pequeña que se conectará de manera directa a la zona final del intestino delgado. Esto evitará el paso completamente de los alimentos a la parte superior de los intestinos.